ETAPAS DEL DESARROLLO EN UN PERRO: QUINTA ETAPA (de 8 a 13 meses)

ETAPAS DEL DESARROLLO EN UN PERRO: QUINTA ETAPA (de 8 a 13 meses)

ETAPAS DE DESARROLLO: De 8 a 13 meses. Empatía social y despertar sexual
Por Mary Sánchez – Pasión4Dogs

Esta etapa, si hemos dejado a nuestro perrete que vaya avanzando según le fuese correspondiendo en las etapas anteriores, no debería ser nada complicada para nosotros.

Comienza el despertar sexual y su orientación es hacia los otros perros. Necesita observar a otros perros sin que nosotros interrumpamos; practicar los rituales de presentación haciendo las curvas de seguridad; oler y dejarse oler… Para todo ello necesita mucha propiocepción y si la etapa anterior no la ha cubierto bien, será un perro que no se dejará oler y/o tendrá problemas en las presentaciones. Ya debería ser capaz de acercarse a los perros de una forma moderada, comienza a desarrollar la empatía de grupo, comienza a dejarse oler y tiene un mejor control de sí mismo.

Empieza a marcar con la orina porque el olor social cobra mucha importancia y necesita afianzar el entorno, participando de él y dejando su propio olor. Un perro al que no se le permite ni oler ni marcar tendrá muchísimos problemas de inseguridades, ya que su prioridad aquí es conocer y también darse a conocer. Al principio de esta etapa, si está oliendo a otro perro y aparece un tercero en juego, le molestará. Según vaya avanzando la etapa pasará a aceptarlo.

Es muy importante permitirle oler tanto a perros como a personas, así como permitirle efectuar curvas de seguridad para el acercamiento, cosa que no lograremos llevándolo corto ni tensando la correa, y añadiremos problemas si encima usamos materiales nada respetuosos como collares de ahorque, de pinchos, lazos, martingales, halty… También necesita que le dejemos su tiempo para que analice y registre los olores sociales que encuentre por la calle. Es incapaz de desconectarse de los olores, necesita exprimir toda la información que pueda del mismo y nuestras prisas no le van a facilitar nada. ¡Paciencia!

Su juego pasa a ser en forma de carreras.

¿Cómo metemos la pata en esta etapa? Conteniéndolos físicamente, no dejando que ellos se presenten haciendo las curvas necesarias, tensionando o metiendo un trabajo exigente con la correa, aún peor si los mantenemos con un control continuo, empezamos a darles órdenes para que no huelan, para que se queden quietos o sentados ante otros perros, para que vayan «en junto»…

Es imprescindible usar un material de paseo que permita movimientos libremente. Un buen arnés en forma de H y una correa larga de, como mínimo, un par de metros nos van a ayudar muchísimo en los paseos urbanos y en los encuentros con otros perros y personas.

También metemos la pata si nuestro perro no puede interactuar y jugar libremente con otros perros, sueltos. Pero también lo será el hecho de tener un juego excesivo donde no hay paradas. O si nos excedemos en los tiempos de paseo, donde hay tanta información junta que se satura y no es capaz de gestionarla y registrarla. Incluso con el ejercicio físico obligado y/o excesivo. Lo ideal es que el perro gestione su propia necesidad de hacer ejercicio, por voluntad propia y sin que nosotros lo incitemos.
Fundamental es evitar la falta de un buen referente, que su guía le permita hacer lo que necesite en esta etapa, que lo comprenda, que no lo contenga o corrija, que no sea impredecible e inseguro, que no intervenga cuando no debe o que no responda si el perro lo necesita.

Sobre los 13 meses aparece el cuarto periodo de miedos. El perro va asumiendo un sentido de grupo y se va haciendo consciente de que lo que él haga y lo que hacen los demás influye en la dinámica del grupo. Esto le genera inquietud y aún no sabe, ni se atreve a intervenir.