Hoy, el sentido y la respuesta a muchas de las preguntas que nos hacemos y nos hacen con frecuencia es un número: 304. Y es así porque desde el 1 de enero de 2021, 304 son los animales que han llegado a nuestro refugio; 304 a los que hemos socorrido, atendido, ayudado, alimentado, prestado atención veterinaria, sacados de situaciones de riesgo, abandono, maltrato…
Perros abandonados por sus traidoras familias esgrimiendo variopintas excusas que nadie cree; gatos que son repentinamente expulsados de sus hogares y obligados a malvivir en la calle o en colonias felinas hiperpobladas; cachorros tan deseados por sus madres como repudiados por sus responsables humanos, quienes hacen gala de la más absoluta falta de humanidad al dejarlos a su suerte en cajas, bolsas, puertas…
144 perros y 160 gatos en algo más de 7 meses, ¿no es una cifra vergonzosa? De ellos, apenas 37 han sido recuperados por sus familias, quienes si los estaban buscando y han dado los pasos necesarios, establecidos por la normativa municipal (nunca por nosotras), para que volviesen a su hogar. El resto… los más afortunados adoptados, principalmente en países extranjeros; los menos, aún entre rejas, esperando la llegada de esas voluntarias que los atendemos a diario, con frío, calor, lluvia, viento o días de fiesta, para regalarnos momentos de indescriptible ternura. Nunca los vemos como cifras (aunque éstas sean imprescindibles para conocer las dimensiones del problema), son vidas, seres sintientes, con su carácter, sus miedos, necesidades, anhelos, derechos. Son nombres propios, miradas, lametones, caricias, maullidos y ladridos.
304 razones para continuar con más fuerza aún, convencidas de que, hoy por hoy, nuestra labor no sólo es necesaria sino que es imprescindible y humana. ¿Quieres unirte y formar parte de ello?