Porque pertenecer a la misma especie no nos hace iguales, queremos hoy compartir desde estas líneas una reflexión en nombre de todo el equipo de esta protectora, con la esperanza de que pueda arrojar algo de luz, de cordura, de esperanza, sobre una situación sinsentido y generalizada en nuestra sociedad de «primer mundo».
Porque quizás no hayáis reparado aún en que mientras miles de perros y gatos sanos son sacrificados a diario en todas y cada una de las perreras de nuestro país, otros tantos son traídos al mundo, por la acción de las personas (criaderos, particulares, gente sin escrúpulos, etc…) para ponerlos a la venta, como simples objetos y mercancías, como complementos, caprichos, accesorios o herramientas (caza, carreras, guarda, …). Y como tales, muchos de ellos, terminan en perreras, refugios, calles, campos… abandonados y olvidados, expuestos a todos los peligros imaginables. Para la mayoría, nunca llegamos a tiempo.
Porque probablemente no sea el único sinsentido de nuestras acciones, pero si el que más vidas se cobra a diario.
¿Qué nos hace sentirnos dueños de otros seres vivos? ¿hasta dónde puede llegar nuestra falta de empatía por ellos? ¿cómo podemos seguir durmiendo en paz con tantos asesinatos en nuestras mochilas? ¿qué mensaje estamos enseñando a nuestras niñas y niños?
No existe ninguna razón ética que justifique la compra de un ser vivo. Ninguna. Más aún cuando eso lleva implícito que otro ser vivo, que podría haber ocupado ese lugar, siga viviendo entre rejas o sea asesinado. Mientras que gobiernos y fuerzas políticas no pongan la atención en lo que lo necesita y merece, nos seguirá tocando a las asociaciones protegerlos, sensibilizar, concienciar y luchar para que todo esto cambie.
¿De qué lado quieres estar?
