Nápoles, nos llegó en un lamentable estado. Sus costillas asomaban por su grande y escuálido cuerpo. Temeroso y desconfiado nos robó el corazón rápidamente.
Hoy, casi cuatro meses después y bastante recuperado, disfruta de su nueva vida.
Desde Siempre Contigo, gracias a la buena gente del nuestro vecino país Francés y gracias al incasable trabajo de nuestras compañeras y de nuestras tan necesarias asociaciones, que nos ayudan a cambiar sus vidas.
Querida familia, os estamos muy agradecidos por las fotos y por darle un lugar a nuestro grandullón en vuestras vidas.
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