LOS MAL LLAMADOS PPP «PERROS POTENCIALMENTE PELIGROSOS»

LOS MAL LLAMADOS PPP «PERROS POTENCIALMENTE PELIGROSOS»

Compartimos un artículo de nuestra amiga y colaboradora Mary Sánchez Tey, de Passion4dogs, educación respetuosa de perros y nos hacemos eco de su pensamiento y de su petición para reformular una ley injusta y discriminatoria.

LOS MAL LLAMADOS PPP…

Usamos «por imposición», porque no nos queda otra tal y como están las cosas, mascarillas. Nos sentimos molestos, nos duelen las orejas y la nariz, nos dejan marcas en la piel de su uso prolongado. Intentamos «personalizarlas» para, al menos, ir algo más a gusto, y sentirnos nosotros mismos. Sentimos y sufrimos que se nos ha privado de una parte de la comunicación gestual tan importante como son los movimientos de la boca. Estamos deseando de llegar a un lugar alejado en la naturaleza donde no haya nadie para, al menos, poder quitárnosla un momentito y volver a sentir el aire fresco en la cara, el olor de la hierba húmeda, el sol…
Pues bien, hay animales que prácticamente toda su vida, desde que empiezan a salir a la calle, viven en una continua pandemia. Son las mal catalogadas como razas potencialmente peligrosas. Toda su vida van cargando con un bozal, sintiendo lo mismo que sentimos nosotros, y mucho más.
Pensad que el perro explora y se defiende con la boca. Le estamos privando de la posibilidad de explorar su entorno, su mundo… Y en el tema de verse capaz de defenderse… Imaginad que a nosotros nos llevan a la calle con las manos atadas. Por regla general, las personas normales no van dándole de ostias a todo dios que se encuentre por el camino, pero el hecho de saber que en un momento dado, si te es necesario, vas a tener las manos atadas y te va a ser imposible defenderte, te genera una sensación de indefensión y de miedo que no tendrías si simplemente fueses con tus manos libres. Pues a los perros les ocurre exactamente lo mismo, no es el hecho de que tengan o no que defenderse, es la sensación de incapacidad que le genera el hecho de saber ya a priori que no van a poder hacerlo.
Y aún con todo lo sumamente difícil que le planteamos el mundo a estos perros, van lidiando con la situación mejor que nosotros. Llevamos algo más de medio año usando la mascarilla, y hay personas que han llegado a agredir con suma violencia a otras por el mero hecho de pedirles que se pongan la mascarilla. Si criasemos desde niños a seres humanos con la mascarilla, atados en corto, sin dejarles socializarse y con las manos atadas, no me gustaría ver en lo que podría convertirse el ser humano, la verdad. Y si a todo eso además le añado un trato de «aquí mando yo», «tengo que ser el líder», «no puedes dejar que te domine», demás pamplinas varias sin ninguna base que se escuchan con estos tipos de perros, y un manejo con herramientas pensadas para hacer daño, apaga y vámonos.
Castigamos a un perro simplemente por unas cualidades físicas, por ser más fuerte. Estupendo. A partir de ahora, a los culturistas los consideraremos personas potencialmente peligrosas, por su capacidad para hacer daño. Es más, el perro nace, el culturista «se hace», con lo que, ademá, podría alegar «intencionalidad». «Señor Ramírez, aquí tiene usted la matrícula del gimnasio y la orden de alejamiento «por lo que pueda pasar». Porque de eso se trata con los perros, ¿no?. De evitar «lo que pueda pasar», poniendo además todo el camino allanado para que pase.
El bozal debería de ser una simple herramienta puntual para trabajar casos en los que no queda otra, y, creedme, hay muchas «otras» antes de llegar ahí.
Necesitamos un cambio inmediato de la ley PPP ya!!!