PRIMERA MITAD DEL AÑO: ASÍ HA SIDO (parte I)

PRIMERA MITAD DEL AÑO: ASÍ HA SIDO (parte I)

«¿Cuántos perros tenéis ahora en la prote?, ¿y gatos?» Preguntas frecuentes que generan interés y que, más allá de las historias particulares de cada animal, arrojan una fiel imagen de a qué nos estamos enfrentando (con escaso apoyo de las administraciones públicas, cargos políticos y responsables municipales).

Este 2022 lo iniciamos con 37 perros y 93 gatos bajo nuestra protección y responsabilidad. Es decir, 140 animales que dependían de nosotras para sobrevivir. Todo ello sin incluir las colonias de gatos del municipio que también atendemos. Las cifras fueron creciendo y, entre enero y junio, llegaron al refugio 102 perros y 71 gatos más. Alarmante, ¿verdad? De todos ellos, tan sólo 13 perros (que tenía chip) y otros 6 (que no tenían chip, pero se les implantó tal y como marca la ley), fueron recogidos por sus familias. En el caso de los gatos es mucho más difícil que nos lleguen identificados con chip y tan sólo 3 de los 71 que llegaron en esos meses, fueron recogidos por sus dueños.

Por desgracia, tenemos que sumar a aquellos animales que fallecieron mientras esperaban un hogar. Fueron 2 maravillosos perros y 21 fabulosos gatos los que perdieron la vida por las terribles condiciones en las que nos llegaron y/o por enfermedades incurables y que comprometían su calidad de vida. Cada uno de ellos nos rompió un poquito más el corazón y nos dejaron un poquito más enfadadas con el mundo.

Entre los finales felices, las ansiadas adopciones, podemos contaros que un total de 75 perros y 55 gatos fueron adoptados por familias que decidieron darles un presente y un futuro mejor. No tenemos la cifra exacta pero si nos consta que la mayoría de ellos fueron adoptados en el extranjero, en países como Francia, Alemania, Suiza, Canadá, Finlandia, Países Bajos… estados que a diario nos dan lecciones sobre el bienestar animal y la protección de los seres vivos.

No es fácil sacar adelante a diario a tantos animales abandonados con el insuficiente apoyo que recibimos. Además, nos resulta durísimo y desesperanzador tener que decir, una y otra vez, que no tenemos espacio para seguir rescatando, o que no tenemos suficiente voluntariado para atender a los que ya viven en el refugio.

Ojalá sirvan estas cifras, de nuestro modesto pero indispensable trabajo, como llamada de atención para que, con el apoyo de muchas más personas, podamos cambiar sustancialmente y de una vez por todas, las cuantiosas situaciones de desamparo y maltrato animal que, muy a nuestro pesar, tanto representan a nuestro país, dentro y fuera de nuestras fronteras.

¿Qué puedes hacer tú para cambiarlo?