¿Te has parado a pensar qué estás realmente catigando cuando regañas a tu perro?
A pesar de las miles de publicaciones terribles y erróneas que se comparten en las redes sociales relativas a cómo relacionarnos con nuestros compañeros perrunos o gatunos, de vez en cuando encontramos, agradecidas, algunas voces que se van haciendo eco de un verdadero cambio en la manera de entender estas relaciones, mucho más acordes con las necesidades reales de los animmales y respetuosas con ellas.
Os dejamos hoy una imagen y un texto (traducido por PELUTOPÍA) que hemos encontrado en FaceBook y que nos ha parecido ilustriva, interesante y acertadísima.
Podríamos añadir además muchas otras conductas que reciben correcciones por nuestra parte, como por ejemplo, cuando regañamos a un cachorro por hacerse pipí dentro de casa, que estaremos castigando una necesidad fisiológica que aún o puede controlar, por lo que lo único que conseguiremos será que nos tenga miedo y que relacione el hacer pipí (sea donde sea) con el castigo que le estemos inflingiendo. Incluso puede darse la situación de que decida, para evitar el castigo, no hacer pipí en nuestra presencia (ni si quiera en los paseos) y hacerlo siempre cuando no estamos en casa o cuando estamos durmiendo… en definitiva, un desastre.
Os animamos a pensar un poco qué emoción está detrás de cualquier comportamiento y a actuar en consecuencia, acompañando, asegurando el entorno, consolando, dándole apoyo emocional, convirtiéndote en su guía madro y equilibrado, en su ejemplo. ¿No crees que ellos se lo merecen?